Excursión a Cardenete (Cuenca). 15-08-1998

¡¡Vaya día que me están dando!!, primero me han hecho levantar a las 6 de la madrugada, como si a esa hora estuvieran puestas las carreteras. Después me entero que nos vamos a Cardenete, en la provincia de Cuenca, y me he enterado en la Alameda, donde nos hemos reunido con otros 18 como yo, que si es por mi dueño, ni me lo dice. Luego me han llevado por la A3 hasta Utiel, odio las autovías, yo fui diseñado para otras carreteras, menos mal que de aquí a Cardenete hemos tomado una ruta más acorde con nosotros, con sus curvas, sus rectas pequeñas, sus travesías de los pueblos, donde por cierto, nos saludan todos a nuestro paso, lo que nos hace sacar fuerzas de nuestros motorcitos para continuar. En Cardenete nos esperaban para desayunar en la Ermita (preciosa) y luego hemos tomado la plaza del pueblo (pequeña para el número de compadres que nos hemos acercado hasta aquí). Nuestros dueños han decido visitar el pueblo y sus alrededores, con el castillo y la fortaleza, muy interesantes, y pasear por las calles de este acogedor lugar, dándonos así un descanso que hemos agradecido muchísimo. La comida, a base de embutido típico, ha sido por cortesía de la peña de ``Los Sanochaores´´ de Cardenete y los dueños con estómagos agradecidos, no le han hecho melindres. Por la tarde han sido invitados a una novillada que ha sido seguida por casi todos desde el césped de la piscina, donde se duerme muy bien. Para la cena ya se habían marchado unos cuantos, pero los que se han quedado han probado una hoya estupenda, con la cual han recuperado fuerzas para seguir hasta Carboneras, el pueblo donde han dormido. Por la mañana, otros se han marchado a casa, mientras que un reducido grupo deciden visitar parte de la comarca (que manía tienen de hacernos trabajar) y regresar hacia el mediodía a casa, otra vez por la autovía (se la regalo a los jovencitos, con su manía de correr como locos) y por la tarde me deja mi dueño otra vez en el garaje, después de limpiar los restos de esta nueva aventura, y hasta la próxima que se le ocurra, que espero no me de esta paliza o me negaré a andar, que uno ya ha cumplido muchos años./p>